Al inicio de este mes 12 el Dios Eterno nos entrega la
porción “Terumah”: Una Ofrenda Elevada. Esta
ofrenda no era una ofrenda común, era una ofrenda tomada del sacrificio y de la
abundancia que cada varón tenía. Tomando en consideración que eran tiempos
difíciles, porque Israel apenas comenzaba a levantarse del cautiverio y en
medio del desierto el Eterno le manda levantar un lugar especial de Adoración.
Hay momentos donde los procesos que nos llevan a crecer en la estatura de
nuestro Mesías Yeshúa, nos hacen entender que no es el momento de una
obediencia más, y justo allí el Padre nos pide algo que entendemos que no
podemos hacer.
En medio de nuestra debilidad El nos lleva como un Padre a
ese extremo donde nos hace ver que El está listo para fortalecernos. De ahí
sale TERUMAH, es una obediencia con un propósito. Es una obediencia que no la
sacas del día cotidiano, que no la tomas de lo que te sobra. Es una obediencia
que te va a costar; pero su destino es producir que seas parte de un mayor y más
alto nivel de adoración.
“YHVH habló a
Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo
varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Esta es la
ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino
fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones,
madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la
unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste
para el efod y para el pectoral. Y harán un santuario para mí, y habitaré en
medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del
tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.” Shemot 25:1-8
Eso que el Aba te está demandando hacer es la llave que
abre el nuevo nivel, no subestimes el poder de esta obediencia, porque luego de
TERUMAH, Israel vio una obra primorosa y un nuevo tiempo, un candelero encendido
de día y de noche que alumbro su oscuridad y un lugar especial donde deleitarse
en la presencia de su Hacedor.
Que el Dios Eterno te permita ser en ti mismo una ofrenda
elevada en todo tiempo.
Shalom, shalom.
A.H.
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