Parashá Matot- Masei

 

Parashá Matot - Masei 

Números 30:1-33:42

 "las tribus de Israel - Viajes o marchas"



26 de julio de 2025/ 1 de Av 5785

Si un hombre hace un voto al Eterno o hace un juramento de atarse con una obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.”
— Números 30:2

Por:  Cecilia Reyes

Entre ramas firmes y senderos largos…

El libro de B’midbar cierra con un llamado profundo a la conciencia y al compromiso. Matot, “ramas” o “tribus”, y Masei, “viajes” o “marchas”, no solo resumen la travesía de un pueblo, sino que reflejan la historia íntima de cada alma que camina con propósito. Estas Parashot nos recuerdan que, aunque fuimos sacados de Egipto, aún queda sacar a Egipto de nuestro corazón.

Promesas que edifican destinos

La Parashá Matot nos llama a reflexionar sobre nuestras palabras. En un mundo donde lo hablado muchas veces se diluye, el Eterno nos recuerda que cada promesa tiene peso eterno. Cuando el corazón habla, el alma se compromete. Por eso, esta enseñanza es dirigida primero a los líderes: aquellos que con sus decisiones y su ejemplo influyen sobre otros.

Unidad en medio de la diferencia

Cuando las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés pidieron quedarse al este del Jordán, Moisés temió por la división del pueblo. Pero ellos hicieron un pacto: pelearían junto a sus hermanos hasta que todos heredaran su parte. Una promesa restauró la confianza, la unidad, y la visión compartida.

1. ¿Qué promesas has hecho a Dios o a otros?
   Reflexiona sobre tus palabras. ¿Han sido cumplidas? ¿Necesitan renovación o arrepentimiento?

2. ¿Qué etapa del “viaje” estás viviendo hoy?
   El desierto enseña. El destino espera. Pero tu transformación es ahora.

3. ¿Estás contribuyendo a la unidad del Cuerpo?
   Como las tribus del este, puedes ser diferente, pero tu lealtad y participación son cruciales para la victoria de todos.

Oración:

Abba, enséñame a valorar mis palabras como Tú valoras las tuyas. Que mi sí sea sí y mi no sea no. Que no olvide que mi viaje tiene propósito y dirección. Ayúdame a caminar con fidelidad, a construir unidad, y a ser parte del cumplimiento de Tus promesas, no solo como espectador, sino como instrumento. Que cada promesa hecha a Ti brote de un corazón renovado.

En el nombre de Yeshúa, quien es el Amén de todas las promesas.
Amén.


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