Parashá Matot- Masei
Parashá Matot - Masei
Números 30:1-33:42
"las tribus de Israel - Viajes o marchas"
Si un hombre hace un
voto al Eterno o hace un juramento de atarse con una obligación, no quebrantará
su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.”
— Números 30:2
Entre ramas firmes y senderos largos…
El libro de B’midbar
cierra con un llamado profundo a la conciencia y al compromiso. Matot, “ramas”
o “tribus”, y Masei, “viajes” o “marchas”, no solo resumen la travesía de un
pueblo, sino que reflejan la historia íntima de cada alma que camina con
propósito. Estas Parashot nos recuerdan que, aunque fuimos sacados de Egipto,
aún queda sacar a Egipto de nuestro corazón.
Promesas que edifican destinos
La Parashá Matot nos
llama a reflexionar sobre nuestras palabras. En un mundo donde lo hablado
muchas veces se diluye, el Eterno nos recuerda que cada promesa tiene peso
eterno. Cuando el corazón habla, el alma se compromete. Por eso, esta enseñanza
es dirigida primero a los líderes: aquellos que con sus decisiones y su ejemplo
influyen sobre otros.
Unidad en medio de la diferencia
Cuando las tribus de
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés pidieron quedarse al este del Jordán,
Moisés temió por la división del pueblo. Pero ellos hicieron un pacto:
pelearían junto a sus hermanos hasta que todos heredaran su parte. Una promesa
restauró la confianza, la unidad, y la visión compartida.
1. ¿Qué promesas has
hecho a Dios o a otros?
Reflexiona sobre tus palabras. ¿Han
sido cumplidas? ¿Necesitan renovación o arrepentimiento?
2. ¿Qué etapa del “viaje” estás viviendo hoy?
El desierto enseña. El destino espera.
Pero tu transformación es ahora.
3. ¿Estás contribuyendo a la unidad del Cuerpo?
Como las tribus del este, puedes ser
diferente, pero tu lealtad y participación son cruciales para la victoria de
todos.
Oración:
Abba, enséñame a
valorar mis palabras como Tú valoras las tuyas. Que mi sí sea sí y mi no sea
no. Que no olvide que mi viaje tiene propósito y dirección. Ayúdame a caminar
con fidelidad, a construir unidad, y a ser parte del cumplimiento de Tus
promesas, no solo como espectador, sino como instrumento. Que cada promesa
hecha a Ti brote de un corazón renovado.
En el nombre de Yeshúa, quien es el Amén de todas las promesas. Amén.
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